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Principales riesgos en sistemas de baja tensión

  • Blog Cañamar
  • hace 13 minutos
  • 3 Min. de lectura

Principales riesgos en sistemas de baja tensión

Aunque los sistemas eléctricos de baja tensión operan a niveles inferiores a 1,000 voltios en corriente alterna (VCA), esto no significa que estén exentos de riesgos. Por el contrario, las instalaciones de baja tensión son las más comunes en viviendas, oficinas, comercios y plantas industriales, y una mala ejecución, mantenimiento deficiente o sobredemanda energética pueden convertirlas en una fuente crítica de fallas, accidentes y pérdidas económicas.


De acuerdo con la OSHA, más del 60% de los accidentes eléctricos registrados en entornos laborales están relacionados con instalaciones de baja tensión, principalmente por contacto directo con conductores energizados, sobrecargas no detectadas o falta de protecciones adecuadas.


1. Sobrecarga de circuitos eléctricos


Uno de los errores más comunes en sistemas de baja tensión es instalar más equipos de los que el circuito puede soportar, lo que provoca calentamiento excesivo en los conductores. Esto no solo deteriora el aislamiento, sino que también puede ocasionar incendios.


La sobrecarga se produce con frecuencia cuando se conectan equipos de alto consumo (aires acondicionados, motores, hornos) en salidas diseñadas para iluminación o usos ligeros, sin una revisión previa de la capacidad instalada.


2. Cortocircuitos por contacto directo o fallas de aislamiento


El cortocircuito ocurre cuando dos conductores con diferencia de potencial entran en contacto, generando una descarga de alta intensidad que puede dañar equipos y provocar incendios o explosiones. Esto sucede por:


  • Empalmes mal hechos o sin aislamiento.

  • Cables expuestos por fricción o envejecimiento del recubrimiento.

  • Presencia de humedad o polvo conductor.

  • Instalaciones con ductería metálica mal aterrizada.


Los cortocircuitos en baja tensión, aunque no tan violentos como en media tensión, son altamente destructivos si no se cuenta con protecciones adecuadas como interruptores termomagnéticos, fusibles calibrados o dispositivos de corriente residual.


3. Falta de puesta a tierra efectiva


Toda instalación de baja tensión debe contar con un sistema de puesta a tierra que permita evacuar corrientes de falla de forma segura. Si este sistema está ausente o mal diseñado, la carcasa de los equipos puede energizarse y causar descargas eléctricas al contacto.


Además, una tierra ineficaz puede impedir que se activen las protecciones automáticas ante una falla, dejando los conductores energizados durante más tiempo del que es seguro.


La norma IEC 60364 y la NOM-001-SEDE establecen que la resistencia del sistema de puesta a tierra no debe exceder ciertos valores (usualmente por debajo de 5 ohmios), y que debe revisarse periódicamente.


4. Fallas en protecciones eléctricas


Muchos incidentes en baja tensión ocurren porque los interruptores y fusibles no están bien dimensionados, están dañados o simplemente no existen en algunos circuitos.


Un interruptor de capacidad inferior puede dispararse sin razón ante pequeños picos, pero uno sobredimensionado no se activará ante una falla real, dejando el sistema expuesto.


También es común encontrar tableros sin protecciones diferenciales, que son vitales para prevenir descargas eléctricas por fuga de corriente en sistemas húmedos o con contacto humano.


5. Instalaciones improvisadas o sin mantenimiento


Extensiones sobrecargadas, conexiones mal hechas, terminales sin aislamiento y uso de materiales no certificados son características de instalaciones inseguras.


Además, la falta de mantenimiento preventivo impide detectar deterioros progresivos, acumulación de polvo conductor, presencia de insectos o humedad, y fallas mecánicas en tableros y conexiones.


Una inspección anual por parte de un técnico certificado puede reducir hasta en un 80% la probabilidad de fallas eléctricas en baja tensión, según datos de la NFPA.


6. Riesgo de contacto eléctrico directo o indirecto


En sistemas de baja tensión, el contacto directo con conductores energizados o indirecto a través de carcasas metálicas defectuosas es una de las principales causas de accidentes graves.


La tensión inferior a 1,000 V puede ser letal dependiendo del tiempo de exposición, del punto de contacto y del estado del suelo. En zonas con alta humedad, el riesgo de electrocución aumenta considerablemente si no hay protecciones adecuadas.


Por ello, deben instalarse protecciones diferenciales, interruptores de alta sensibilidad, y señalización visible en áreas de acceso público o técnico.


Los sistemas eléctricos de baja tensión, por su aparente “baja peligrosidad”, suelen subestimarse. Sin embargo, un diseño incorrecto, el uso de materiales no adecuados, la falta de protección y el mantenimiento deficiente pueden convertir cualquier instalación en un riesgo eléctrico serio.


Prevenir incidentes no depende solo de instalar componentes, sino de diseñar, operar y mantener las instalaciones de forma profesional, bajo estándares internacionales y con personal calificado. Invertir en seguridad eléctrica es invertir en la continuidad operativa, en la protección de tus activos y, sobre todo, en la integridad de las personas que forman parte de tu empresa.

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